Genarín
Cada año en la noche de Jueves Santo, miles de leoneses toman el casco antiguo de la ciudad(el popular Barrio Húmedo) para celebrar el entierro de Genarín, la procesión ruidosa, bufa y borracha por antonomasia. Este popular desfile pagano, que se celebra a partir de la medianoche, no tiene convocatoria precisa y tampoco a parece en el programa oficial de las fiestas, pero cada año logra congregar a millares de leoneses que beben orujo sin tregua.
La singular procesión conmemora la muerte de un pellejero, borracho, pendenciero, amante del orujo y los burdeles que en la noche de Jueves Santo de 1929 murió atropellado por el primer camión de la basura que hubo en León, mientras realizaba sus necesidades primarias. Con el paso de los años, la ronda de fieles, muy escasa al principio, se ha ido masificando, aunque en época franquista llegó a estar prohibida y los participantes clandestinos fueron perseguidos. Aún hoy, hay gente que piensa este ritual como una burla intolerable hacia la semana santa.
El rito, que este año llegó a su 72 aniversario, comienza recordando la tradición y bendiciendo con orujo a los nuevos cofrades. Luego la comitiva se dirige a la Plaza del Grano para iniciar el recorrido por las calles que, según la tradición, frecuentaba el pellejero. Un tonel de madera adornado con flores y velas marca el paso, a la vez que se corean consignas como: "Genarín, valiente, queremos aguardiente", "Hombre pequeño de gran pitilín, San Genarín", "Genaro, si t'estrujo, saco buen orujo", etc...
El recorrido continúa hasta llegar al punto exacto donde feneció. Allí el hermano colgador de la cofradía de Genarín trepa la vieja muralla de León y hace la ofrenda: laurel, queso, una hogaza de pan, naranjas, una botella de orujo, y los siguientes versos:
Y antes de ser declamadas para gloria de este mundo,Siguiéndote en tus costumbres, pues nunca ganasteis lujos,Bebamos a tu memoria una copina de orujo,Que fue lo que más chupaste antes de ser difunto
Cada año en la noche de Jueves Santo, miles de leoneses toman el casco antiguo de la ciudad(el popular Barrio Húmedo) para celebrar el entierro de Genarín, la procesión ruidosa, bufa y borracha por antonomasia. Este popular desfile pagano, que se celebra a partir de la medianoche, no tiene convocatoria precisa y tampoco a parece en el programa oficial de las fiestas, pero cada año logra congregar a millares de leoneses que beben orujo sin tregua.
La singular procesión conmemora la muerte de un pellejero, borracho, pendenciero, amante del orujo y los burdeles que en la noche de Jueves Santo de 1929 murió atropellado por el primer camión de la basura que hubo en León, mientras realizaba sus necesidades primarias. Con el paso de los años, la ronda de fieles, muy escasa al principio, se ha ido masificando, aunque en época franquista llegó a estar prohibida y los participantes clandestinos fueron perseguidos. Aún hoy, hay gente que piensa este ritual como una burla intolerable hacia la semana santa.
El rito, que este año llegó a su 72 aniversario, comienza recordando la tradición y bendiciendo con orujo a los nuevos cofrades. Luego la comitiva se dirige a la Plaza del Grano para iniciar el recorrido por las calles que, según la tradición, frecuentaba el pellejero. Un tonel de madera adornado con flores y velas marca el paso, a la vez que se corean consignas como: "Genarín, valiente, queremos aguardiente", "Hombre pequeño de gran pitilín, San Genarín", "Genaro, si t'estrujo, saco buen orujo", etc...
El recorrido continúa hasta llegar al punto exacto donde feneció. Allí el hermano colgador de la cofradía de Genarín trepa la vieja muralla de León y hace la ofrenda: laurel, queso, una hogaza de pan, naranjas, una botella de orujo, y los siguientes versos:
Y antes de ser declamadas para gloria de este mundo,Siguiéndote en tus costumbres, pues nunca ganasteis lujos,Bebamos a tu memoria una copina de orujo,Que fue lo que más chupaste antes de ser difunto